Inés Fernández

Soy Inés Fernández Feijoo, viuda de Emilio García-Merás, que empezó a ejercer el periodismo en el diario Arriba y después de pasar por distintos medios, se lo llevó el cáncer  cuando editaba y dirigía la revista Turismo y Economía.

Fue Tomás Bárbulo, también beneficiario, amigo de Emilio, quién me habló de la Fundación Luca de Tena. Me dijo que allí me ayudarían. Cuando llegué, comprobé que era cierto. Es una institución dedicada  a la atención de huérfanos y viudas de periodistas. Con becas de ayuda a los estudios, la atención psicológica, la organización de diversas actividades formativas, literarias,  cine fórum, visitas, excursiones, fiestas; te ayudan a buscar empleo, ….cualquier cosa que necesitemos. Y lo que es más importante, sin tener que pedirlo. Están atentos a todo lo que podamos necesitar.

Todo esto está muy bien, porque podemos aprender, descubrir, compartir cosas que de otra forma no sería posible, ya que la mayoría nos quedamos en la miseria. Los periodistas, ya se sabe, se vuelcan tanto en su profesión, que no viven en el mundo real.

Pero lo más importante que yo he encontrado en “la fundación” es la ternura y el amor de una gran familia. No olvidaré jamás, el primer contacto con la Fundación y la forma tan cariñosa como me acogieron. Después, el primer encuentro con el resto de la gran familia de “la fundación”. Fue una excursión a Faunia. Nadie se compadece de ti, porque todos están en la misma situación. Todos te escuchan, si quieres hablar y te respetan si no lo quieres hacer. Y también todo el mundo disfruta: grandes y pequeños, incluso los adolescentes. Algo que resulta, a veces, tan difícil, como es viajar juntos personas de distintas edades e intereses. En “la fundación” es posible.

Cada año llegan nuevos beneficiarios  y todos se contagian del espíritu de “la fundación”.

Son tantas las sensaciones agradables, siempre que nos reunimos

Se han incorporado otros profesionales, Alejandro, María. Cada año llegan nuevos beneficiarios  y todos se contagian del espíritu de “la fundación”.

Son tantas las sensaciones agradables, siempre que nos reunimos, en las excursiones, en las fiestas, que no tengo palabras. Siento una gratitud inmensa. No sé que hubiera sido de nosotros  sin la Fundación Luca de Tena.

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